Jn 19, 31-37 La Crucifixión – Su costado fue traspasado con una lanza y salió sangre y agua
/ 5 junio, 2018 / San JuanTexto Bíblico
31 Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.32 Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él;33 pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas,34 sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.35 El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis.36 Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»;37 y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron».
Sagrada Biblia, Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española (2012)
Homilías, comentarios y meditaciones desde la tradición de la Iglesia
San Agustín, obispo
Sermón: La lanza traspasó el costado de Cristo y manó nuestro precio
«Uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua» (Jn 19,34)Sermón 213, 18: Edit. Maurist 5, 942
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso. Fíjate lo poco que cuesta pronunciar estas palabras y lo profundo que es su significado. Es Dios y es Padre: Dios por el poder, Padre por su bondad. ¡Qué felices somos los que en Dios hemos hallado a nuestro Padre! Creamos, pues, en él y prometámonos todo de su misericordia, porque es todopoderoso: por eso creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso.
Que nadie diga: no me puede perdonar los pecados. ¿Cómo no va a poder el todopoderoso? Pero insistes: he pecado mucho. Y yo te replico: pero es todopoderoso. Y tú vuelves a la carga: He cometido tales pecados, que nunca podré ser liberado o purificado. Respondo: y sin embargo, él es todopoderoso.
En el Símbolo decimos también: en el perdón de los pecados. Si esto no se diese en la Iglesia, no habría ninguna esperanza. Si en la Iglesia no hubiera perdón de los pecados, no habría ninguna esperanza de vida futura y de eterna liberación. Damos gracias a Dios por haber otorgado a la Iglesia este don.
He aquí que pronto os acercaréis a la fuente santa, seréis purificados en el bautismo, quedaréis renovados por el saludable baño del segundo nacimiento; al salir de aquel baño, estaréis limpios de todo pecado.
Todo el pasado que os perseguía será allí cancelado. Vuestros pecados eran semejantes a los egipcios que salieron en persecución de los israelitas: los persiguieron, pero hasta el mar Rojo. ¿Qué significa hasta el mar Rojo? Hasta la fuente bautismal consagrada por la cruz y la sangre de Cristo. Pues lo que es rojo, enrojece. ¿No ves cómo enrojece la heredad de Cristo? Pregunta a los ojos de la fe. Si ves la cruz, fíjate también en la sangre; si ves lo que cuelga, fíjate en lo que derramó. La lanza traspasó el costado de Cristo y manó nuestro precio. Por eso, el bautismo, es decir, el agua en que sois inmersos, va marcado con el signo de Cristo, y es como si atravesareis el mar Rojo. Vuestros pecados son vuestros enemigos: os siguen, pero hasta el mar.
Una vez que hayáis entrado, vosotros saldréis, pero ellos serán aniquilados: lo mismo que ocurrió con los israelitas: ellos caminaban a pie enjuto, mientras que a los egipcios los cubrió el agua. Y ¿qué dice la Escritura? Y ni uno solo se salvó. Sean muchos o pocos tus pecados, sean graves o leves: ni el más pequeño se salvó. Pero como quiera que nuestra victoria se sitúa en este mundo, en el que nadie puede vivir sin pecado, el perdón de los pecados no es exclusivo de la sola ablución bautismal, sino que está también vinculado a la oración dominical y cotidiana, que recibiréis a los ocho días. En ella encontraréis algo así como vuestro bautismo de cada día, para que podáis dar gracias a Dios, que otorgó a su Iglesia este don.