Pedidle, pues, a Él, que os conceda imitarlo en su caridad hasta el extremo para con todos, sin rehuir a los alejados y pecadores, de forma que, con vuestra ayuda, se conviertan y vuelvan al buen camino. Pedidle que os enseñe a estar muy cerca de los enfermos y de los pobres, con sencillez y generosidad. Afrontad este reto sin complejos ni mediocridad, antes bien como una bella forma de realizar la vida humana en gratuidad y en servicio, siendo testigos de Dios hecho hombre.
Alfertson Cedano
Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote (B) – Homilías
Cristo se hizo por nosotros Sacerdote y Víctima. Nos enseñó el camino de la humilde sumisión del espíritu, la adoración, el honor, la alabanza y la acción de gracias a Dios.
San Isidro, labrador (15 de Mayo). Memoria – Homilías
San Isidro. En Madrid, capital de España, labrador, que juntamente con su mujer, santa María de la Cabeza o Toribia, llevó una dura vida de trabajo, recogiendo con más paciencia los frutos del cielo que los de la tierra, y de este modo se convirtió en un verdadero modelo del honrado y piadoso agricultor cristiano. († 1130)
Mc 16, 1-7 – La resurrección de Jesús: El sepulcro vacío. Mensaje del ángel
Para las mujeres y para los Apóstoles el camino abierto por «el signo» se concluye mediante el encuentro con el Resucitado: entonces la percepción aún tímida e incierta se convierte en convicción y, más aún, en fe en Aquel que «ha resucitado verdaderamente».
Jn 12, 20-33: La última Pascua – Jesús anuncia su glorificación por la muerte
Cristo fue la primicia de este trigo, él el único que escapó de la maldición, precisamente cuando quiso hacerse maldición por nosotros. Es más, venció incluso a los agentes de la corrupción, volviendo por sí mismo a la existencia libre entre los muertos. De hecho resucitó derrotando la muerte, y subió al Padre como don ofrecido, cual primicia de la naturaleza humana, renovada en la incorruptibilidad.
Jn 3, 14-21: Dios mostró su amor enviando a su Hijo
Asumió, pues, la muerte y la suspendió en la cruz, librando así a los mortales de esa misma muerte. De un mortal nacimos mortales: de inmortales nos hicimos mortales. Todos los hombres nacidos de Adán son mortales: y Jesús, Hijo de Dios, Verbo de Dios, por quien todo fue hecho, Unigénito igual al Padre, se hizo mortal: pues la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros.
Jn 2, 13-25: Jesús enseña sobre la Resurrección desde su propio cuerpo
Porque llegará ciertamente un tercer día, y en él nacerá un cielo nuevo y una tierra nueva, cuando estos huesos, es decir, la casa toda de Israel, resucitarán en aquel solemne y gran domingo en el que la muerte será definitivamente aniquilada. Por ello, podemos afirmar que la resurrección de Cristo, que pone fin a su cruz y a su muerte, contiene y encierra ya en sí la resurrección de todos los que formamos el cuerpo de Cristo.
Sábado VI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Recibe de Cristo para que puedas hablar a los demás. Acoge en ti el agua de Cristo… Llena, pues, de esta agua tu interior, y tu razón quede humedecida y regada por su propia fuente.
Viernes VI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Si nos distinguimos en la fe, distingámonos de igual manera en las costumbres y en las obras, inflamándonos de caridad, de la que están privados los demonios. Ése es el fuego que hacía arder el corazón de aquellos dos en el camino [de Emaús]… Arded en el fuego de la caridad, para que os distingáis de los demonios. Este ardor os empuja, os lleva hacia arriba, os levanta al cielo… Sea cualquiera que sea la dirección que tome la antorcha, la llama no conoce más que una: tiende hacia el cielo. Que el fuego de la caridad inflame vuestro espíritu y lo llene de ardor. Hervid en alabanzas a Dios y en santas costumbres.
Jueves VI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Son engañosas las riquezas, porque no pueden permanecer siempre con nosotros, y porque no pueden satisfacer las necesidades del corazón. Las riquezas verdaderas son las que nos hacen ricos en las virtudes.