¿Qué diste a Dios, cuando ni siquiera existías para poder dárselo? ¿Qué hizo Dios cuando predestinó a quien no existía?… Demos gracias a Dios, porque cuando no existíamos nos predestinó, porque alejados, nos llamó y porque siendo pecadores nos justificó.
Alfertson Cedano
Domingo XXXI Tiempo Ordinario (A) – Homilías
Jesús les echa en cara que buscan los honores humanos, las reverencias de los hombres, la gloria mundana. También a nosotros fácilmente se nos cuela esa búsqueda de gloria que en realidad es sólo vanagloria, es decir, gloria vana, vacía. Los honores que los hombres consideran valiosos el cristiano los estima como basura (Fil 3,8), pues espera la verdadera gloria, la que viene de Dios, «que nos ha llamada a su Reino y gloria» (1 Tes 2,12). En cambio, buscar la gloria que viene de los hombres es un grave estorbo para la fe.
Sábado XXX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Iluminó a todos los ciegos: paganos y judíos.
Viernes XXX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Acaso te parezca por encima de tus fuerzas el imitar a Dios. A la verdad, para quien vive vigilante, ello no es difícil. Pero, en fin, si te parece superior a tus fuerzas, yo te pondré ejemplos de hombres como tú. Ahí está José…, ahí está Moisés… Ahí está Pablo que, no obstante, no poder contar cuánto sufrió de parte de los judíos, aún pedía ser anatema por su salvación (Rom 9,3)… Ahí está Esteban… Considerando también estos ejemplos, desechemos de nosotros toda ira, a fin de que también a nosotros nos perdone Dios nuestros pecados.
Jueves XXX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Si Dios está con nosotros ¿quién estará contra nosotros? En favor de quien está Dios lo mostró el bienaventurado Pablo más arriba al decir: a los que predestinó los llamó, a los que llamó los justificó, y a los que justificó los glorificó… El favor de Dios hacia nosotros se manifestó en que nos predestinó, nos llamó, nos justificó y nos glorificó. Nos predestinó antes de que existiéramos, nos llamó cuando estábamos alejados de Él, nos justificó cuando éramos pecadores y nos glorificó siendo mortales. Quien quiera hacer la guerra a los predestinados, llamados, justificados y glorificados por Dios, prepárese y piense si podrá luchar contra Dios… ¿Quién podrá vencer al Todopoderoso? Quienquiera luchar contra Él se dañará a sí mismo (Hch 9,5)… Quien da patadas contra el aguijón ¿no se dañará a sí mismo?
Miércoles XXX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
La oración se presenta ante Dios como venerable intermediaria, alegra nuestro espíritu y tranquiliza sus afectos. Me estoy refiriendo a la oración de verdad, no a las simples palabras; a la oración que es un don de Dios, una inefable piedad, no otorgada por los hombres, sino concedida por la gracia divina, de la que también dice el Apóstol: nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos inefables (Rom 8, 26). El don de semejante súplica, cuando Dios lo otorga a alguien, es una riqueza inagotable y un alimento celestial que satura el alma. Quien lo saborea se enciende en un deseo indeficiente del Señor; es como un fuego ardiente que inflama el alma.
Martes XXX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Esos caminos que son duros para los trabajadores, son suaves para los amadores. Por eso la dispensación de la divina providencia hizo de modo que el hombre interior, que se renueva día a día, ya no viva bajo la ley, sino bajo la gracia… Tiene ahora la facilidad de la fe simple, de la esperanza buena y de la santa caridad.
Lunes XXX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Por lo tanto, hermanos ésta es la exhortación recibida hoy, no somos deudores de la carne para vivir conforme a la carne. Para esto hemos sido auxiliados, para esto recibimos el Espíritu de Dios, para esto pedimos el auxilio día a día en nuestras fatigas.
Sábado XXIX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Sea que se trate de torpezas, sea que se trate de crímenes o de malos pensamientos o de malas palabras, todo se destruye en aquella fuente a la que entraste siendo siervo y de la que saliste siendo libre. No hay condenación ahora, pero sí la hubo antes. La condenación pasó de un hombre a todos. He aquí el mal de la generación y el bien de la regeneración… Lucha en la libertad, pero estate atento a no ser vencido y a no caer de nuevo en la servidumbre. Te fatigas en la lucha, pero gozarás en el triunfo.
Viernes XXIX Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Es completamente justo que al hombre que no quiso obedecer a su Señor no le obedezca su carne. Sirve tú a quien te es superior, para que te sirva tu inferior. Despreciaste al Superior, y eres atormentado ahora por tu inferior. Ésta es, pues, la ley del pecado; ésta es también la ley de la muerte. Por el pecado vino la muerte… ¿Cómo te libró la ley del espíritu de vida? Primero de todo te concedió el perdón de los pecados. De esa ley se dice en el Salmo [118,29]: ten piedad de mí según tu ley. Es la ley de la misericordia, la ley de la fe, no la de las obras [o ley mosaica].