Porque llegará ciertamente un tercer día, y en él nacerá un cielo nuevo y una tierra nueva, cuando estos huesos, es decir, la casa toda de Israel, resucitarán en aquel solemne y gran domingo en el que la muerte será definitivamente aniquilada. Por ello, podemos afirmar que la resurrección de Cristo, que pone fin a su cruz y a su muerte, contiene y encierra ya en sí la resurrección de todos los que formamos el cuerpo de Cristo.
febrero 2018
Sábado VI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Recibe de Cristo para que puedas hablar a los demás. Acoge en ti el agua de Cristo… Llena, pues, de esta agua tu interior, y tu razón quede humedecida y regada por su propia fuente.
Viernes VI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Si nos distinguimos en la fe, distingámonos de igual manera en las costumbres y en las obras, inflamándonos de caridad, de la que están privados los demonios. Ése es el fuego que hacía arder el corazón de aquellos dos en el camino [de Emaús]… Arded en el fuego de la caridad, para que os distingáis de los demonios. Este ardor os empuja, os lleva hacia arriba, os levanta al cielo… Sea cualquiera que sea la dirección que tome la antorcha, la llama no conoce más que una: tiende hacia el cielo. Que el fuego de la caridad inflame vuestro espíritu y lo llene de ardor. Hervid en alabanzas a Dios y en santas costumbres.
Jueves VI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Son engañosas las riquezas, porque no pueden permanecer siempre con nosotros, y porque no pueden satisfacer las necesidades del corazón. Las riquezas verdaderas son las que nos hacen ricos en las virtudes.
Miércoles VI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
¿Qué significa el clamar a Cristo, hermanos míos, sino responder con buenas obras a la gracia de Cristo? Digo esto para que no seamos tal vez gritones para invocar y mudos para obrar… ¿Quién es el que clama a Cristo? Clama a Cristo el que desprecia al mundo, clama a Cristo el que desprecia los placeres del siglo, clama a Cristo el que dice: «el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo» (Gál 6,14); clama a Cristo quien distribuye y da a los pobres, para que permanezca su justicia por los siglos de los siglos.
Martes VI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Ante todo, pedimos a Dios que la tentación no nos alcance; pero si entramos en ella, pedimos fuerza para soportarla heroicamente, y que termine cuanto antes. No es un secreto que en este mundo muchas y variadas tribulaciones turban nuestros corazones. La misma enfermedad corporal, en efecto, si se prolonga y agrava, turba profundamente a los enfermos. También las pasiones corporales nos reducen a veces, sin quererlo, y nos desvían de nuestro deber…
El Señor «por eso dijo: «no nos induzcas en la tentación»; y añadió: «mas líbranos del maligno». Pues en todo esto nos procura un daño grande la malicia de Satanás, quien pone en obra varias y numerosas astucias para conseguir lo que –según él espera– le permitirá desviarnos del discernimiento y de la elección de lo debido.
Lunes VI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Mantengámonos, pues, vigilantes, hermanos, y oremos para no que no vayamos a parar en una tentación que no seamos capaces de soportar; y para que con cualquiera de ellas en que nos veamos se nos dé salida para resistir o resistencia para poder salir, no sea que nos hallemos dentro sin salida, como los pies en un cepo, o como una fiera en la red, o como un pájaro en el lazo.
Santa Águeda, virgen y mártir (5 de Febrero). Memoria – Homilías
Santa Águeda, virgen y mártir, que en Catania, ciudad de Sicilia, siendo aún joven, en medio de la persecución mantuvo su cuerpo incontaminado y su fe íntegra en el martirio, dando testimonio en favor de Cristo Señor (c. 251).
Sábado V Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
En esta misericordia de Dios, cuya grandeza no podemos explicar, los cristianos deben tener mucho cuidado de no dejarse atrapar por los lazos del demonio y envolverse de nuevo en los errores a los que han renunciado (cf. 2 Pe 2,20). En efecto, el antiguo enemigo, «transfigurándose en ángel de luz» (2 Cor 11,14), no cesa de tender por todas partes las redes de sus engaños y trabaja sin descanso para corromper de todas formas la fe de los creyentes… Sabe a quién conturbar con la tristeza, a quién engañar con la alegría, a quién abatir con el temor, a quién seducir con la adulación…
Viernes V Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
¡Salve, luz! Desde el cielo brilló una luz sobre nosotros, que estábamos sumidos en la oscuridad y encerrados en la sombra de la muerte; luz más pura que el sol, más dulce que la vida de aquí abajo. Esta luz es la vida eterna, y todo lo que de ella participa vive, mientras que la noche teme a la luz y, ocultándose por el miedo, deja el puesto al día del Señor. El universo se ve iluminado por la luz indefectible, y el ocaso se ha transformado en aurora… Cristo fue el que transformó el ocaso en amanecer, quien venció la muerte con la vida por la resurrección, quien arrancó al hombre de su perdición y lo levantó al cielo… Él es quien diviniza al hombre con una enseñanza celeste.