Descendió, pues, según está escrito, Dios al monte Sinaí en el fuego, pero atemorizando al pueblo, que se mantenía a pie a distancia, y escribiendo con su dedo en la piedra, no en el corazón. En cambio, cuando vino el Espíritu Santo, los fieles estaban congregados en unidad; no sólo no los aterrorizó en el monte, sino que entró en la casa. En efecto, de repente se produjo un estruendo procedente del cielo, como de un viento fuerte; a pesar del estruendo nadie se asustó. Escuchaste el estruendo ya, ve ahora el fuego y el ruido, pero allí había también humo, mientras que aquí se trataba de un fuego sereno.
julio 2017
Miércoles XVI Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
El Señor se presentaba de tal forma que parecía superior a Moisés; jamás tuvo Moisés la audacia de decir que él daba un alimento que no perece, que permanece hasta la vida eterna. Jesús promete mucho más que Moisés. Este prometía un reino, una tierra con arroyos de leche y miel, una paz temporal, hijos numerosos, la salud corporal y todos los demás bienes temporales…; llenar su vientre aquí en la tierra, pero de manjares que perecen; Cristo, en cambio, prometía un manjar que, en efecto, no perece, sino que permanece eternamente.
Martes XVI Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Amadísimos, ningún fiel dudará de que el paso de aquel pueblo por el mar Rojo fue figura de nuestro bautismo. Así, liberados por el bautismo y bajo la guía de nuestro Señor Jesucristo, de quien era figura Moisés; del diablo y de sus ángeles, quienes cual Faraón y egipcios, nos atribulaban, sometiéndonos a fabricar ladrillos, es decir, al lodo de la carne… Para nosotros están muertos aquellos que ya no pueden someternos a su dominio, porque nuestros mismos delitos, causantes de nuestra sumisión, han sido destruidos y como sumergidos en el mar. Cantemos, por lo tanto, al Señor… arrojó caballo y caballero (Ex 15,1); destruyó en el bautismo a la soberbia y al soberbio. Este cántico lo entona quien ya es humilde y súbdito de Dios.
Lunes XVI Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
En el momento en que los israelitas ponen el mar y el desierto entre ellos y Egipto, creen llegada la hora de medir el peso de esta decisión y, en particular, la significación y esta emancipación de su servicio al Faraón, para ponerse al servicio de Dios.
Domingo XVII Tiempo Ordinario (A) – Homilías
Si todavía vemos el cristianismo como una carga, ¿no será que no hemos encontrado aún el Tesoro? ¿No será que no nos hemos dejado deslumbrar lo suficiente por la Persona de Cristo? ¿No será que le conocemos poco, que le tratamos poco? ¿No será que no oramos bastante? El que ama la salud hace cualquier sacrificio por cuidarla y el que ama a Cristo está dispuesto a cualquier sacrificio por Él. Cristo de suyo es infinitamente atractivo, como para llenar nuestro corazón y hacernos fácil toda renuncia.
Mt 13, 44-52 — Discurso parabólico: Parábolas del tesoro y de la perla. Parábola de la red.
El texto que buscaba perlas finas puedes compararlo con éste: Buscad y hallaréis; y con este otro: Quien busca, halla. ¿A propósito de qué se dice buscad y quien busca, halla? Arriesgo la idea de que se trata de las perlas y la perla, perla que adquiere el que lo ha dado todo y ha aceptado perderlo todo, perla a propósito de la cual dice Pablo: Lo perdí todo con tal de ganar a Cristo: al decir «todo» se refiere a las perlas finas; y al puntualizar: «con tal de ganar a Cristo», apunta a la única perla de gran valor.
Sábado XV Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Dios ha «velado» por su pueblo, en una noche famosa, la del éxodo, como una madre al lado de sus hijos enfermos. La fiesta de Pascua, en la que se prescribe así una manera de compartir el cuidado de Dios por el futuro de su pueblo. Esto se realiza, debe realizarse, con mayor razón y motivos sobrenaturales en los cristianos.
Viernes XV Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Los israelitas en Egipto inmolaron un cordero siguiendo las órdenes e instrucciones de Moisés. Se les mandó también añadir panes ázimos y verduras amargas… Así pues, aquel verdadero cordero, que quita el pecado del mundo, se inmoló también por nosotros, que estamos llamados a la santidad mediante la fe. Acerquémonos en su compañía a aquellos banquetes espirituales, sublimes y realmente santos, prefigurados en cierto modo por los ázimos prescritos en la ley, y que espiritualmente han de ser recibidos.
Jueves XV Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Pensad, si podéis esas palabras: Yo soy el que soy. No os enredéis en antojos míos, no os turbéis con pensamientos caprichosos y pasajeros. Paraos en el «es», permaneced en el mismo «es». ¿Adonde vais? Permaneced, para que también vosotros podáis ser. Pero, si tenemos una imaginación versátil ¿vamos a quedarnos fijos en lo que permanece? ¿Cuándo lograremos tal cosa? Por eso se compadeció Dios, y el que «es» dijo: dirás a los hijos de Israel: «el que es me envió a vosotros». Después de indicar el nombre de su ser, añadió el de su misericordia».
Miércoles XV Tiempo Ordinario (Impar) – Homilías
Pienso que el gran Moisés conoció ya este acontecimiento por el fuego en el que Dios se le apareció, cuando veía la zarza ardiendo y no se consumía (Ex 3 1ss.). Efectivamente, entonces en el fuego y en la zarza, se ponía de manifiesto aquello que en su momento oportuno se manifestó claramente en el misterio de la Virgen. Del mismo modo que la zarza, aunque quemada por el fuego, no se consumió, igualmente la Virgen, engendrando la Luz, no se corrompió.