El Señor todopoderoso da fuerza al cansado. Yavé se enfrenta con los ídolos. Nada de lo que hay en el mundo, por grande y sublime que sea, puede compararse con Yavé. Él lo ha creado todo y lo conoce todo. No ignora nuestras situaciones concretas. Todo lo ve, todo lo penetra. Para el que cree, la confianza en Dios no carece de fundamento, no es una alienación que aparta al hombre de la tarea terrena. Dios es la fuerza que continuamente, sin que nunca vaya a menos, nos empuja.
diciembre 2016
Martes II Tiempo de Adviento – Homilías
La religión de la Biblia no puede ser reducida a la melancolía porque afirma la condición pasajera de todo. Hay en ella la certeza de una realidad que jamás vendrá a menos en la Palabra de Dios. Su presencia salvífica en la historia humana le coloca junto al hombre, para que éste comparta con Él la vida entera, sea liberado así de la esclavitud de Babilonia, y guiado hacia la salvación de Jerusalén. Dios es siempre fiel a sus promesas y nunca nos dejará solos.
Lunes II Tiempo de Adviento – Homilías
Solo Dios puede salvar, transformar. Dios solo es invocado y esperado. Cuando «viene» todo cambia en el hombre. Nace un hombre «nuevo» y muere lo que era «viejo». Lo importante es que el hombre invoque y espere en Dios, haciéndose disponible a su palabra y a su gracia con ánimo, sin temor. Lo que el profeta Isaías dice recurriendo a imágenes tan brillantes es precisamente esto: Allá donde llega Dios, cambia la realidad: la vida en lugar de la muerte, el bien en lugar del mal, la alegría en lugar del llanto. Un amor práctico y desinteresado: he ahí el signo del Reino de Dios en medio de los hombres.