Mira cómo les enseña a ser modestos. Una vez que les ha puesto de manifiesto una obra importante, para que no reaccionen a lo humano, inmediatamente les enseña a atribuir a Cristo tanto las cosas pasadas como las futuras. ¿Cómo? No les dice: estoy convencido de que lo que habéis empezado lo terminaréis. ¿Qué les dice entonces? Confío que el que ha comenzado en vosotros la obra buena la termine. Ni tampoco les priva de las cosas que han hecho bien: sino que les dice: me alegro con vuestra unión, a saber, la que vosotros mismo habéis conseguido; pero no les dice que las obras buenas son solamente de ellos, sino que han sido precedidas por Dios.
octubre 2016
Jueves XXX Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Nos exhorta el Apóstol a que oremos no contra el hombre malo, sino contra el diablo que actúa juntamente con él. Y a que hagamos lo posible para que el diablo sea expulsado y el hombre liberado. Es lo mismo que si en una batalla uno viene armado y a caballo contra otro del bando contrario; éste no se aira contra el caballo, sino contra el jinete, y lo que pretende, en la medida de sus posibilidades, es hacer huir al jinete y quedarse con el caballo. De modo idéntico ha de actuarse con los hombres malos; se ha de trabajar con todas las fuerzas, no contra ellos, sino contra el diablo que los instiga, de modo que éste sea vencido y sea liberado aquel infeliz que él comenzaba a poseer.
Miércoles XXX Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
De ningún modo se atreverán el padre o la madre a pedir que se les prefiera a Dios. Yo no digo que se les anteponga, pero ni siquiera que se les compare… Dios te ha dicho: Honra a tu padre y a tu madre. Lo reconozco, Dios me lo ha dicho… Ama, dice, a los padres, pero no más que a mí (Mt 10,37)… Ama ordenadamente, para que seas ordenado. Distribuye las cosas en sus pesos e importancia. Ama al padre y a la madre, aunque tienes a Alguien a quien has de amar más que al padre y a la madre. Si los amas a ellos más, serás condenado, y si no los amas, serás condenado. Ofrezcamos el honor a los padres, pero prefiramos a nuestro Creador, al que hemos de amar más en el temor, amor, obediencia, honor, fe y deseo.
Martes XXX Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Creando al hombre varón y mujer (Gen 1,27), Dios da la dignidad personal de igual modo al hombre y a la mujer, enriqueciéndolos con derechos inalienables y con las responsabilidades que son propias de la persona humana. Cuando San Pablo exhorta a la esposa a estar sometida al esposo lo hace pensando en la fidelidad amorosa y obediente de la Iglesia respecto de su esposo Jesucristo. Y de modo semejante al marido le exige que ame a su esposa, continuando el amor de Cristo, que se entrega hasta la muerte por amor a la Iglesia.
Lunes XXX Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Nuestro mismo Dios nos exhorta a que le imitemos a Él… El que, ciertamente, no tenía pecado alguno, murió por nosotros y derramó su sangre para que lográramos el perdón. Él recibió por nosotros lo que no le era debido, para librarnos de la deuda. Ni Él debía morir, ni nosotros vivir. ¿Por qué? Porque éramos pecadores. Ni a Él le correspondía la muerte, ni a nosotros la vida. Tomó para sí lo que no le correspondía; y nos dio lo que no se nos debía.
Lc 10, 1-9 – Subida a Jerusalén: Envío en misión de los setenta y dos
Jesús dice que «la mies es mucha, y los obreros pocos» (Lc 10, 2). En el campo de Dios hay trabajo para todos. Pero Cristo no se limita a enviar: da también a los misioneros reglas de comportamiento claras y precisas. Ante todo, los envía «de dos en dos» para que se ayuden mutuamente y den testimonio de amor fraterno. Les advierte que serán «como corderos en medio de lobos», es decir, deberán ser pacíficos a pesar de todo y llevar en todas las situaciones un mensaje de paz; no llevarán consigo ni alforja ni dinero, para vivir de lo que la Providencia les proporcione; curarán a los enfermos, como signo de la misericordia de Dios; se irán de donde sean rechazados, limitándose a poner en guardia sobre la responsabilidad de rechazar el reino de Dios.
Sábado XXIX Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Cristo es nuestra Cabeza. Él está a la derecha del Padre, y difunde sus gracias y carismas en su Cuerpo místico para edificarlo, y hacerlo crecer y llegar a la plenitud.
Viernes XXIX Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Un solo Cuerpo, dice el apóstol Pablo, un solo Cuerpo y un solo Espíritu (Ef 4,4). Considerad nuestros miembros. El cuerpo consta de muchos miembros, y una sola alma da vigor a todos ellos. Es la vida divina la que funda no solo la unidad de la humanidad toda, sino también la de cada persona.
Jueves XXIX Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
¿Qué es despertar en ti a Cristo? Despertar la fe, recordar lo que has creído. Haz memoria, pues, de tu fe, despierta a Cristo. Tu misma fe dará orden a las olas que te turban y a los vientos de quienes te persuaden el mal.
Miércoles XXIX Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Los predicadores han de proseguir estas metas: difundir la verdad enseñada por Dios, despertar y acrecentar la vida sobrenatural en quienes los escuchan. En resumen: buscar la salvación de las almas, promover la gloria de Dios.