Los hombres, criaturas inteligentes y libres, han de caminar hacia su destino último por elección libre y amor de preferencia. Por eso pueden desviarse y de hecho se desviaron y se desvían. Dios lo permite, porque respeta su libertad y, misteriosamente, sabe hacer bienes de los males.
septiembre 2016
Lc 8, 16-18 – Jesús en Galilela: Transmitir la luz
Esta lámpara resplandeciente, que ha sido encendida para servir nuestra salvación, debe siempre brillar en nosotros… Esta lámpara de la ley y de la fe, no debemos por tanto ocultarla, sino colocarla siempre en la Iglesia como sobre el lampadario, para la salvación de un gran número, a fin de alegrarnos de la luz de su verdad, y brillar en todos los creyentes.
Lc 2, 33-35 – La profecía de la espada
Oveja contemplando a su cordero que es llevado al matadero (Is 53,7), consumida de dolor; le seguía, con las demás mujeres.
Jn 19, 25-27 – Jesús y María al pie de la cruz
El dolor de la Virgen vino después, ha dado a luz en la cruz. Las otras mujeres conocen el dolor físico del alumbramiento, ella experimentó el del corazón. Las otras sufren por una alteración física, ella por la compasión y el amor.
Jn 3, 13-17 – El Hijo del hombre tiene que ser elevado
La Cruz nos ha sido causadora de innumerables bienes. Ella nos libró del error; ella nos iluminó cuando estábamos sentados en las tinieblas; ella nos reconcilió con Dios cuando ya estábamos vencidos, y de enemigos nos hizo sus domésticos, y de alejados nos hizo vecinos de Dios. Ella es destrucción de la enemistad, guardiana de la paz, tesoro de bienes infinitos.
San Cornelio y San Cipriano (16 de septiembre) – Homilías
Memoria de los santos Cornelio, papa, y Cipriano, obispo, mártires, acerca de los cuales el catorce de septiembre se relata la sepultura del primero y la pasión del segundo. Juntos son celebrados en esta memoria por el orbe cristiano, porque ambos testimoniaron, en días de persecución, su amor por la verdad indefectible ante Dios y el mundo (252, 258).
San Juan Crisóstomo, obispo (13 de septiembre) – Homilías
Memoria de san Juan, obispo de Constantinopla y doctor de la Iglesia, antioqueño de nacimiento, que, ordenado presbítero, llegó a ser llamado “Crisóstomo” por su gran elocuencia. Gran pastor y maestro de la fe en la sede constantinopolitana, sufrió el destierro por la facción de sus enemigos, y al volver del exilio por decreto del papa san Inocencio I, como consecuencia de los maltratos recibidos de sus guardas durante el camino de regreso, entregó su alma a Dios en Comana, localidad del Ponto.
Domingo XXVI Tiempo Ordinario (C) – Homilías
He aquí uno de esos evangelios que no necesitan comentario. Todo él está marcado por el contraste entre la situación de esta vida y la después de la muerte. Mientras el pobre Lázaro es llevado al seno de Abrahán, del rico se dice simplemente que «lo enterraron» y ni se menciona su nombre; los tormentos son su herencia definitiva. ¿Hasta qué punto valoramos las cosas tal como son de verdad? ¿Realizamos nuestras opciones según los valores eternos? ¿O nos dejamos seducir por apariencias pasajeras y efímeras?
Sábado XXIV Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Uno murió por todos para que todos vivamos por Él. Cuando la muerte tragó al Cordero muerto por todos, en Él y con Él nos vomitó a todos. Destruido el pecado, ¿cómo no quedaría destruida también la muerte, que viene de él? Muerta la raíz, ¿cómo quedaría el tallo en pie? Muerto el pecado, ¿qué causa habrá para que muramos nosotros? Así, pues, con solemne exultación, digamos ante la muerte del Cordero: «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde tu aguijón?»
Viernes XXIV Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
En Adán mueren todos, de aquí proceden tus gemidos, de aquí tu lucha con la muerte; de aquí el cuerpo de esta muerte. Pero como todos mueren en Adán, del mismo modo todos recibirán la vida en Cristo… Entonces habrás sido liberado del cuerpo de esta muerte, pero no por tu poder, sino por la gracia de Dios a través de Jesucristo.