El que desea con ansia a Dios, canta de corazón sus alabanzas, aunque su lengua calle; pero el que no le desea, por más que esté hiriendo con sus clamores los oídos de los hombres, es mudo en la presencia de Dios.
septiembre 2016
Martes XXVI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Job advirtió que sus amigos –que deseaban la prosperidad temporal y que lo juzgaban según su propia mentalidad–, creían que las desgracias temporales eran las que a él le afligían. Advirtió que el llanto desesperado de los amigos, derramado por una aflicción pasajera, no hubiera sido tal si ellos mismos no hubieran apartado su mente de la esperanza de la salud interior.
Lunes XXVI Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
«El santo varón, tentado por el adversario, había perdido todo. Sabiendo que si el Señor no lo permitía, Satanás no tendría fuerzas para tentarlo, no dijo: «el Señor me lo dio, el diablo me lo quitó», sino «el Señor me lo dio y el Señor me lo quitó». Quizá hubiera sido para dolerse si el enemigo hubiera quitado lo que el Señor había dado. Pero como el que quitó fue el mismo que dio, es suyo lo que recibió y no nuestro lo que se nos quitó. Si hemos recibido de Él los bienes que empleamos en esta vida, ¿por qué dolerse si el mismo Juez nos exige lo que generosamente nos había prestado?
San Andrés Kim Taegon y compañeros (20 de septiembre) – Homilías
Memoria de los santos Andrés Kim Taegön, presbítero, Pablo Chöng Hasang y compañeros, mártires en Corea. Se veneran este día en común celebración todos los ciento tres mártires que en aquel país testificaron intrépidamente la fe cristiana, introducida fervientemente por algunos laicos y después alimentada y reafirmada por la predicación y celebración de los sacramentos por medio de los misioneros. Todos estos atletas de Cristo —tres obispos, ocho presbíteros, y los restantes laicos, casados o no, ancianos, jóvenes y niños—, unidos en el suplicio, consagraron con su sangre preciosa las primicias de la Iglesia en Corea (1839-1867).
Domingo XXVII Tiempo Ordinario (C) – Homilías
La fe es la única condición que Jesús pone a cada paso para obrar milagros y es también la condición que espera encontrar hoy en nosotros para seguir realizando sus maravillas y llevar adelante la historia de la salvación en nuestro mundo.
Sábado XXV Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Ante la eternidad de Dios, el hombre, todo él caduco, se refugia en el Infinito, al que camina sin cesar. Recurre a la Fuente de la Vida. El hombre, miserable, pide misericordia y piedad, el afligido implora el consuelo de la gloria de Dios y Este no lo defrauda. Ahí está nuestra salvación.
Viernes XXV Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salva el alma. Y las otras cosas sobre la haz de la tierra son creadas para el hombre, y para que le ayuden en la prosecución del fin para el que fue creado.
Jueves XXV Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
Considerad bien qué poco valor tienen las cosas que pasan con el tiempo. El fin que tienen todas las cosas temporales nos manifiestan cuán poco vale lo que ha podido pasar. Fijad vuestro amor en el amor de las cosas que perduran.
Miércoles XXV Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
De la miseria del hombre está llena toda la tierra, y de la misericordia de Dios está llena toda la tierra. Todos necesitan de Dios: lo mismo los desventurados que los felices.
Martes XXV Tiempo Ordinario (Par) – Homilías
El culto de Israel vendrá a ser espiritual en la medida en que él adquiera conciencia, gracias a los profetas, del carácter interior de las exigencias de la alianza. Esta fidelidad del corazón es la condición de un culto auténtico y la prueba de que Israel no tiene más dios que Yahvé. Todo esto quedará sublimado en el Nuevo Testamento, sobre todo con la Eucaristía.