Jesús ya había aceptado la prueba. Irá al lagar de la cruz. El vino sólo existe para ser vertido… Pero mañana estallará el amor en unos nuevos esponsales, y será la fiesta de Dios, que habrá resucitado a aquel a quien habían tendido una trampa.
marzo 2016
Jueves IV de Cuaresma – Homilías
No recibieron el testimonio ni de unas ni de otras. No tienen en ellos el amor de Dios, es decir, la actitud interior de acogida que les habría permitido reconocer la verdad. Sólo buscaban su propia gloria; sólo escuchaban lo que les apetecía. ¿Cómo acogemos hoy a Cristo?
Miércoles IV de Cuaresma – Homilías
Hermano, a veces dices: «El Señor me ha abandonado, el Señor me ha olvidado». Pero ¿has mirado suficientemente al Hijo único? ¿Te das cuenta de que hoy no tienes dónde ver a Dios si no es en este hombre que se dirige a Jerusalén? Dios no pronuncia otras palabras que las de Jesús. Entonces, mira al Hijo y conocerás al Padre. Mira al Hijo y aprenderás de él lo que hace vivir a Dios. «Lo que hay de visible en el Padre, escribía San Ireneo, es el Hijo». Hazte hijo a tu vez, uniéndote a tu hermano mayor; él te iniciará en los secretos de la vida. «Os lo aseguro: quien escucha mi palabra y cree al que me envió, posee la vida eterna».
Martes IV de Cuaresma – Homilías
Jesús pasó: «¿Quieres quedar sano?». El Hijo descendió a la morada de la muerte y cargó con nuestras enfermedades. En medio de las quejas mantuvo la promesa. Incluso el mar Muerto, condenado a la esterilidad, va a poder dar peces milagrosos. El hombre que estaba paralítico desde hacía treinta y ocho años, encadenado a su pasado de desdicha, se pone de pie. La tierra es recreada; los árboles, cuyas hojas no conocen ya los efectos del hielo, dan nuevos frutos cada mes. Cuando Dios da el agua viva, el viejo mundo desaparece.
Lunes IV de Cuaresma – Homilías
Jesús da esta vida por medio de su palabra: «Anda, tu hijo está curado». El hombre, un funcionario de Herodes Antipas, cree en la palabra de Jesús y se va. Más tarde se entera, por sus servidores, de que su hijo moribundo había vuelto a la vida a la hora en que la palabra había sido pronunciada. «Quien escucha mi Palabra y cree en el que me envió, posee vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida» (5,24). Fue en Cana, donde Jesús había manifestado ya su gloria.
Jn 7, 40-53: Nuevas discusiones sobre el origen de Cristo
El neo-paganismo [del nazismo] puede repudiar el amor, la historia nos enseña que, a pesar de todo, venceremos este neo -paganismo con el amor. No abandonaremos el amor. El amor recobrará los corazones de estos paganos. La naturaleza es más fuerte que la filosofía. Que una filosofía condene y rechace el amor y lo llame debilidad, el testimonio viviente del amor renovará siempre su fuerza para conquistar y cautivar los corazones de los hombres.
Jn 5, 1-3.5-16: Curación de un enfermo en la piscina de Betesda
El agua que se agitaba y removía en la piscina de Betesda, es la Pasión sufrida por el Salvador en medio de este pueblo. El que bajaba hasta el agua era curado, pero solamente uno, siendo así figura de la unidad.
Sábado III de Cuaresma – Homilías
En oposición a la soberbia y suficiencia del fariseo que se jactaba de sus propias obras, la humildad del publicano constituye el auténtico culto espiritual de la penitencia del corazón, de la interioridad del culto que agrada al Señor. El publicano recibió de Dios la justificación a causa de su humilde arrepentimiento.
Domingo XXXI Tiempo Ordinario (B) – Homilías
Si el amor de Dios ha echado raíces profundas en una persona, ésta es capaz de amar también a quien no lo merece, como precisamente hace Dios respecto a nosotros.
Jueves III del Tiempo de Cuaresma – Homilías
La controversia sobre el Reino de Dios terminó el Viernes Santo. El Domingo de Resurrección fue confirmada la verdad de las palabras de Cristo, la verdad de que ha llegado a nosotros el Reino de Dios, la verdad de toda su misión mesiánica. Sin embargo, la lucha entre el reino del mal, del espíritu maligno, y el Reino de Dios, no ha cesado, no ha terminado. Solamente ha entrado en una nueva etapa, más aún, en la etapa definitiva. En esta etapa la lucha perdura en las generaciones siempre nuevas de la historia humana.