“¿Mujer, por qué lloras, a quién estás buscando?” Tienes al que buscas y ¿lo ignoras? Tienes el gozo auténtico de la eternidad y ¿lloras? Tienes dentro de ti al que buscas fuera. Realmente, estás fuera de todo, llorando cerca de una tumba. Mi tumba es tu corazón. No estoy muerto, reposo dentro de ti, vivo por toda la eternidad. Tu alma es mi jardín. Tenías razón al pensar que era el jardinero. Como nuevo Adán, cultivo mi paraíso y lo guardo. Tus lágrimas, tu amor y tu deseo son obra mía. Me posees en ti sin saberlo y por esto me buscas fuera. Te me voy a mostrar fuera para hacerte entrar en ti misma para que en el interior encuentres al que buscas fuera.
julio 2015
Mt 12, 38-42: El signo de Jonás
El signo que Jesús promete es su perdón a través de su muerte y de su resurrección. El signo que Jesús promete es su misericordia, la que ya pedía Dios desde hace tiempo: misericordia quiero, y no sacrificios. Así que el verdadero signo de Jonás es aquél que nos da la confianza de estar salvados por la sangre de Cristo. Hay muchos cristianos que piensan que están salvados sólo por lo que hacen, por sus obras. Las obras son necesarias, pero son una consecuencia, una respuesta a ese amor misericordioso que nos salva. Las obras solas, sin este amor misericordioso, no son suficientes.
Mt 12, 14-21: Jesús «Siervo de Yahveh»
Cristo se abajó hasta nuestra humildad, dando a la humanidad la plenitud que le es propia. Se abajó no por obligación sino con plena libertad. Por nosotros adoptó la condición de esclavo, él que es la libertad en persona. Se hace uno como nosotros, él que está por encima de toda la creación. Se somete a la muerte, él que da la vida al mundo… Se pone bajo la Ley como nosotros (Gal 4,4), él que siendo Dios trasciende la Ley. Se hace hombre entre los hombres; naciendo de mujer, tiene un comienzo, él que precede todos los tiempos y todas las edades, más aún: él que es el Creador y el origen de todos los siglos… Él que tomó carne de María es de la misma naturaleza que nosotros, está hecho de nuestra propia sustancia, haciéndose cargo de la descendencia de Abraham. Pero, al mismo tiempo, es, por el plan divino, de la misma naturaleza que Dios su Padre.
Mt 12, 1-8: Las espigas arrancadas en sábado
Homilías, comentarios, meditaciones desde la Tradición de la Iglesia San Macario de Egipto, monje Homilía: El verdadero y santo sábado Homilía 35 (atribuida) «El Hijo del hombre es señor del sábado» (Mt 12,8) En la ley, dada por Moisés… que no era más que una sombra, Dios ordenaba a todos el reposo y no efectuar… Read more
Domingo XVI Tiempo Ordinario (B) – Homilías
Enséñame, pues, dónde pastoreas, para que pueda hallar los pastos saludables y saciarme del alimento celestial, que es necesario comer para entrar en la vida eterna; para que pueda asimismo acudir a la fuente y aplicar mis labios a la bebida divina que Tú, como de una fuente, proporcionas a los sedientos con el agua que brota de tu costado, venero de agua abierto por la lanza, que se convierte para todos los que de ella beben en un surtidor que salta hasta la vida eterna.
Mt 11, 25-27: Revelación a los sencillos
Los sabios y entendidos se marchan vacíos. Ante ellos se oculta el misterio de Dios, de tal forma que no lo ven ni conocen, no lo oyen ni creen. Como en el Antiguo Testamento, así también aquí la aceptación o repudio se adjudica solamente a Dios. Él es quien abre el corazón o bien lo endurece, como el caso del faraón. Pero eso no sucede sin la propia decisión del hombre, sino que en cierto modo es tan sólo la respuesta de Dios a su alma, ya cerrada, que se ha vuelto impenetrable para la palabra de Dios.
Mt 11, 20-24 — El Misterio del Reino: Lamentación sobre la generación presente
Jesús llama a la conversión. Esta llamada es una parte esencial del anuncio del Reino: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva» (Mc 1,15). En la predicación de la Iglesia, esta llamada se dirige primeramente a los que no conocen todavía a Cristo y su Evangelio. Así, el Bautismo es el lugar principal de la conversión primera y fundamental. Por la fe en la Buena Nueva y por el Bautismo (cf. Hch 2,38) se renuncia al mal y se alcanza la salvación, es decir, la remisión de todos los pecados y el don de la vida nueva.
Mt 10, 34-11, 1 — Discurso apostólico: Anuncio de persecución
Parece duro y grave este precepto del Señor de negarse a sí mismo para seguirle. Pero no es ni duro ni grave lo que manda aquel que ayuda a realizar lo que ordena. Es verdad, en efecto, lo que se dice en el salmo: Según tus mandatos, yo me he mantenido en la senda penosa. Como también es cierto lo que él mismo afirma: Mi yugo es llevadero y mi carga ligera. El amor hace suave lo que hay de duro en el precepto.
Domingo XV Tiempo Ordinario (B) – Homilías
Lecturas (Domingo XV del Tiempo Ordinario – Ciclo B) Aparte de las homilías, podrá ver comentarios de los padres de la Iglesia desglosados por versículos de aquellos textos que tengan enlaces disponibles. -1ª Lectura: Am 7, 12-15 : Ve y profetiza a mi pueblo. -Salmo: 84, 9-14 : Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu… Read more
Mt 10, 7-15: Instrucciones para la Misión
Esta salutación de paz no se acaba nunca, saliendo de los apóstoles llega a sus hermanos desvelándoles los tesoros inagotables del Señor… Presente tanto en los que la daban como en los que la acogían, este anuncio de la paz no sufría ni disminución ni división. Anunciaba que el Padre está cerca de todos y en todos; revelaba que la misión del Hijo está enteramente cerca de todos aunque su fin sea junto a su Padre. No cesa de proclamar que las imágenes están ya cumplidas y que la verdad hace huir las sombras.