Hay gran diferencia entre creer que es Cristo y creer en Cristo, pues que es Cristo, hasta los demonios lo creyeron. Pero cree en Cristo quien espera en El y le ama.
mayo 2014
Jn 15, 26—16,4a: Persecución necesaria
La persecución es saludable, incluso necesaria a los discípulos de Cristo. Es una ocasión única para mostrar que vive en nosotros «AQUEL QUE ES» (Jn 13,19). Es quizá la única oportunidad que tendrá el perseguidor mismo de encontrar la Vida, de conocer a Cristo vivo en la persona del discípulo perseguido. Nuestra unión con Cristo no ha de darse al exterior, sino de manera real, profunda. hasta configurarnos con Él.
Domingo VI Tiempo de Pascua (A) – Homilías
Es Jesús mismo quien promete que pedirá al Padre que mande a los suyos el Espíritu, definido «otro Paráclito» (Jn 14, 16), término griego que equivale al latino ad-vocatus, abogado defensor. En efecto, el primer Paráclito es el Hijo encarnado, que vino para defender al hombre del acusador por antonomasia, que es satanás. En el momento en que Cristo, cumplida su misión, vuelve al Padre, el Padre envía al Espíritu como Defensor y Consolador, para que permanezca para siempre con los creyentes, habitando dentro de ellos. Así, entre Dios Padre y los discípulos se entabla, gracias a la mediación del Hijo y del Espíritu Santo, una relación íntima de reciprocidad: «Yo estoy en mi Padre, vosotros en mí y yo en vosotros»
Jn 14, 27-31a: Una Paz como no la da al mundo
El término hebreo Shalom (paz) es tan rico que no podemos traducirlo en una sola palabra. Encierra varios elementos al mismo tiempo: gozo, unidad, plenitud, salud, prosperidad. Abarca la totalidad de las bendiciones mesiánicas de Dios para su pueblo, tanto en el plano personal, como en el comunitario y social. Es la sanación de la persona íntegramente. Shalom no es algo, sino alguien, es una persona: JESÚS, él es nuestra paz. Es él quien aporta todo lo que necesitamos.
Jn 14, 21-26: El Paráclito os lo enseñará todo
El Padre y el Hijo vienen a nosotros, si vamos nosotros a ellos; vienen con su auxilio, nosotros con la obediencia; vienen iluminándonos, nosotros contemplándolos; vienen llenándonos de gracias, nosotros recibiéndolas, para que su visión no sea para nosotros algo exterior, sino interno, y el tiempo de su morada en nosotros no transitorio sino eterno
Jn 13, 16-20: Acoger a Cristo
Jesucristo llama a las puertas, quiere ser acogido por cada hombre. En este texto se define como YO SOY. Pero hay un elemento determinante, que solemos rechazar por naturaleza y que revela de forma esencial el SER de Jesús, se trata de la Cruz, «lecho de amor donde nos ha desposado el Señor». Sobre la Cruz Jesús demuestra que ES EL QUE ES, venciendo definitivamente la muerte.
Domingo V de Pascua (A) – Homilías
Te seguimos, Señor Jesús; pero llámanos para que podamos seguirte, ya que sin ti nadie puede subir. Porque tú eres el camino, la verdad, la vida, la posibilidad, la fe, el premio. Recibe a los tuyos como el camino, confírmalos como la verdad, vivifícalos como la vida.
Domingo IV de Pascua (A) : Homilías
Acabáis de escuchar, queridos hermanos, el riesgo que corren los pastores; calibrad también, en las palabras del Señor, el que corréis también vosotros. Mirad si sois, en verdad, sus ovejas, si le conocéis, si habéis alcanzado la luz de su verdad. Si le conocéis, digo, no sólo por la fe, sino también por el amor; no sólo por la credulidad, sino también por las obras. Porque el mismo Juan Evangelista, que nos dice lo que acabamos de oír, añade también: Quien dice: «Yo le conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso.
Jn 6, 35-40: Discurso del Pan de Vida (iii): La voluntad del Padre
Jesús se define como el verdadero Pan de Vida. Quienes se acercan a la sagrada mesa, con fe, lo descubren como los discípulos de Emaús, en la fracción del pan. Hoy Cristo nos invita a venir a Él, y no seremos echados fuera.
Lc 24, 13-35: Los discípulos de Emaús
Que el Señor haya hecho ademán de ir más lejos cuando acompañaba a sus discípulos, explicando las Sagradas Escrituras a quienes ignoraban que fuese El mismo, significa que ha inculcado a los hombres el poder acercarse a su conocimiento a través de la hospitalidad; para que cuando El mismo se haya alejado de los hombres -al cielo- sin embargo, se quede con aquellos que se muestran como sus servidores. Aquel que una vez instruido en la doctrina participa de todos los bienes con el que lo catequiza, detiene a Jesús para que no vaya más lejos. He aquí, por qué estos fueron catequizados por la palabra, cuando Jesucristo les expuso las Escrituras. Y como honraron con la hospitalidad a Aquel que no conocieron en la exposición de las Escrituras, lo conocieron en el modo de partir el Pan. No son buenos delante de Dios los que oyen su palabra, sino los que obran según ella (Rom 2,13)