Esta somnolencia es un embotamiento del alma, que no se deja inquietar por toda la injusticia y el sufrimiento que devastan la tierra. Es una insensibilidad que prefiere ignorar todo eso; se tranquiliza pensando que, en el fondo, no es tan grave, y así puede permanecer en la autocomplacencia de la propia existencia satisfecha. Pero esta falta de sensibilidad de las almas, tanto por lo que se refiere a la cercanía de Dios como al poder amenazador del mal, otorga un poder en el mundo al maligno.
octubre 2013
Jeremías: Profeta a pesar suyo
Jeremías, el hombre que sólo había profetizado ruina y destrucción, que había llamado sin cesar –y sin ser escuchado– a la conversión y al cambio de corazón, el profeta que había denunciado y desenmascarado las falsas esperanzas del pueblo… él mismo se convertirá –cuando todo esté perdido y el desastre sea total– en el profeta de la esperanza…
Lc 11, 47-54: Advertencias a fariseos y escribas (iii) – Ni entráis ni dejáis entrar
Cuando un cristiano se convierte en discípulo de la ideología, ha perdido la fe y ya no es discípulo de Jesús. Y el único antídoto contra tal peligro es la oración.