Padres de la Iglesia

Padre Pío

San Pío de Pietrelcina (Francisco Forgione), presbítero de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos, que en el convento de San Giovanni Rotondo, en Apulia, se dedicó a la dirección espiritual de los fieles y a la reconciliación de los penitentes, mostrando una atención particular hacia los pobres y necesitados, terminando en este día su peregrinación terrena y configurándose con Cristo crucificado (1968)
(Martirologio Romano)


Breve resumen de su vida

El Padre Pío es uno de los más grandes místicos de nuestro tiempo. Nos enseñó el amor radical al corazón de Jesús y a su Iglesia. Su vida era oración, sacrificio, pobreza. Ordenado sacerdote capuchino, celebró su primera misa el 10 de Agosto de 1910. Ocho años más tarde, el 20 de Septiembre de 1918, aparecieron visiblemente las llagas de Nuestro Señor en sus manos, pies y costado izquierdo del pecho, haciendo del P. Pío el primer sacerdote estigmatizado en la historia de la Iglesia (San Francisco Asís, que también tuvo esta gracia, no era sacerdote).

Fue heróico en su apostolado sacerdotal, que duró 58 años. Grandes multitudes, de todas las nacionalidades, pasaron por su confesionario. Las conversiones fueron innumerables. Diariamente recibía centenares de cartas de fieles, que pedían su consejo iluminado y su dirección espiritual, la cual ha siempre significado un retorno a la serenidad, a la paz espiritual y al coloquio con Dios. Se ha editado en Italia un epistolario que recoge todas estas cartas, en total cuatro volúmenes de los cuales hasta ahora dos han sido traducidos al español.

Podemos decir que el Padre Pío pasó la mayor parte de su ministerio en el confesionario (hasta 16 horas diarias). Algunos debían esperar dos semanas para lograr confesarse con él, porque el Señor les hacía ver por medio de este sencillo sacerdote la verdad del evangelio. Su vida se centraba en torno a la Eucaristía. Sus misas conmovían a los fieles por su profunda devoción.

La devoción mariana es otra de las claves decisivas en la vida del padre Pío.

El rosario es un arma en sus manos. Camino y vía que llevan al misterio de la cruz: «La Virgen dolorosa nos alcance de su santísimo Hijo el adentrarnos cada vez más en el misterio de la cruz hasta embriagarnos con ella en los padecimientos de Jesús»; camino y vía que nos conducen al amor a la cruz: «La santísima Virgen nos alcance el amor a la cruz, a los sufrimientos, a los dolores: ella que fue la primera en poner en práctica el evangelio en toda su perfección, en toda su rigurosidad, incluso antes de que se publicara».

El padre Pío murió estrechando entre sus manos la corona del rosario; no podía ser de otra manera porque la imagen del padre Pío vivo era inseparable de la corona del rosario: ésta formaba parte, por así decirlo, de su misma estructura física.

El rezo del rosario a la Virgen era como el tejido que unía los espacios que había vacíos entre confesar, decir misa, la vida de comunidad y las visitas. Podía parecer como algo mecánico para un observador extraño, pero era sólo el signo visible de una realidad mucho más profunda y maravillosa.

El mismo padre Pío expresa así en síntesis su devoción mariana: «Me siento estrechamente ligado al hijo por medio de esta madre sin ver siquiera las cadenas que tan fuertemente me religan».

Las luchas del espíritu no faltaron durante su vida: grandes tormentas diabólicas, que a veces no lo dejan libre ni siquiera en las horas de descanso. El demonio lo quiere para sí a toda costa; cuando se ve al borde de la desesperación recurre a la Virgen María a la que no sabe cómo agradecer tantas y tan singulares gracias; se pone con confianza en los brazos de Jesús y que suceda lo que Él quiera; Él, ciertamente, vendrá en su ayuda. Orando a los pies de Jesús no siente ni el peso del cansancio al vencer las tentaciones, ni la amargura o el desagrado.

El Papa Juan Pablo II, en 1947, cuando era un sacerdote recién ordenado fue a visitar al Padre Pío y quedó profundamente impresionado por su santidad. Ya siendo Papa visitó su tumba.

Dones extraordinarios:

Discernimiento extraordinario: la capacidad de leer los corazones y las conciencias.
Profecía: Pudo anunciar eventos del futuro.
Curación: curas milagrosas por el poder de la oración.
Bilocación: estar en dos lugares al mismo tiempo.
Perfume: la sangre de sus estigmas tenían fragancia de flores.
Estigmas: Recibió los estigmas el 20 de septiembre de 1918 y los llevó hasta su muerte 50 años después (23 de septiembre, 1968).
Los médicos que observaron los estigmas del Padre Pío no pudieron hacer cicatrizar sus llagas ni dar explicación de ellas. Calcularon que perdía una copa de sangre diaria, pero sus llagas nunca se infectaron. El Padre Pío decía que eran un regalo de Dios y una oportunidad para luchar por ser más y más como Jesucristo Crucificado.

El Señor lo llamó a recibir el premio celestial el 23 de Septiembre de 1968. Tenía 81 años. Durante 4 días su cuerpo fue expuesto ante millares de personas que formaban una enorme columna que no conoció interrupción hasta el momento del funeral, al cual asistieron mas de cien mil personas.

Millones visitan su tumba en la Cripta del Santuario de Ntra. Sra. de las Gracias en San Giovani Rotondo. El número de peregrinos continúa aumentando.

Fue declarado venerable el 18 de Diciembre de 1997. Beatificado el 2 de mayo de 1999. Tan grande fue la multitud en la misa de beatificación que desbordaron la Plaza de San Pedro y toda la Avenida de la Conciliación hasta el río Tiber sin ser estos lugares suficiente. Millones además lo contemplaron por la televisión en el mundo entero. Canonizado el 16 de junio de 2002.

Su beatificación y su canonización fueron las de mayor asistencia en la historia. La plaza de San Pedro y sus alrededores no pudieron contener las multitudes.

El Padre Pío es un poderoso intercesor. Los milagros se siguen multiplicando.

El santuario del Padre Pío en San Giovanni Rotondo recibe mas peregrinos cada año que el de Lourdes. Es el segundo santuario mas visitado, después del Tepeyac (Virgen de Guadalupe).

Perícopas comentadas en nuestra base de datos

Sólo aparecen los comentarios que han sido organizados en la base de datos, existen sin duda otros, en el contenido de las entradas directamente, los cuales se irán introduciendo poco a poco y aparecerán entonces aquí.

  1. Jn 6, 60-69
  2. Lc 18, 9-14
  3. Mc 8, 11-13
  4. Mt 23, 1-12


Homilías litúrgicas en nuestra base de datos

Desde aquí podremos consultar todas las homilías litúrgicas de cada uno de los autores de forma organizada por tiempos y días litúrgicos.

  • Escritos [0000-00-00] - Propio de los Santos (23-09): San Pío de Pietrelcina, presbítero